
Seguramente muchos ya la vieron rodar por las calles de Devoto. Es colorida, novedosa, distinta a las demás. Se trata de la renoleta de Ana María Molinero. Un vehículo más que original, que tiene nombre, historia y diseño. Se llama Renata, y enamora.

Ana María siempre dijo que no quería tener auto, sin embargo hace poco tiempo cambió de idea. Decidió comprarse un vehículo, sólo para moverse dentro de la localidad. Quería que fuera un Gordini o una Renoleta. Buscó, buscó y con ayuda de su hermana Liliana, se encontró con Renata.

Se trata de una Renoleta con historia. La artistas plástica Andrea Moya, de Arroyito, la pintó a mano, a pedido de la dueña de una casa de té cordobesa. La fachada del negocio y la renoleta, por dentro y por fuera, estaban intervenidas de una manera especial: a todo colorido, vida y naturaleza.

En algún momento, el vehículo fue vendido a unos turistas extranjeros que querían recorrer la Argentina. Pero la pandemia les impidió cumplir su objetivo, por lo que Renata se quedó en Arroyito.

Allí la descubrió Ana María y fue amor a primera vista. Desde ese momento ya no se separaron más. Renata la acompaña en trámites, paseos y gestiones. Siempre dentro de Devoto ya que, todavía, no se anima a sacarla a la ruta.

Más allá de eso, Renata es un suceso. Ana María está deslumbrada por ella, y lo mismo le pasa a cada uno de los que la cruzan por la calle. A nadie le pasa desapercibida. Todos se dan vuelta a mirarla y, en más de una oportunidad, a sacarse una selfie. En fin de cuentas, nadie lo duda: Renata enamora.
Por DevotoDigital